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Y tú, ¿Cómo lo ves?

Tener una actitud negativa puede tener una serie de consecuencias que afectan tanto tu bienestar emocional como tus relaciones interpersonales, tu rendimiento académico o laboral, y tu salud en general. Desde dificultades para manejar situaciones difíciles hasta el aumento del estrés y la ansiedad, problemas de salud física, como enfermedades cardiovasculares y trastornos gastrointestinales. Una actitud negativa constante puede afectar la percepción que tienes de ti mismo, perjudicando tu autoestima, además de disminuir tu motivación y tu productividad.

Tus relaciones personales también pueden verse afectadas, todo lo que sientes dentro se refleja en el exterior, las personas tienden a alejarse de aquellos con actitudes negativas, te puede generar conflictos y malentendidos en las relaciones personales y profesionales.

Reflexiona por un momento, ¿Qué te aporta entrar en ese círculo vicioso de pensamientos y emociones negativos?

Puedes adoptar una serie de actitudes y acciones, que te ayudarán a enfocarte en lo que puedes controlar; de esta forma te empoderas y cultivas una mentalidad proactiva. Al tomar decisiones y acciones conscientes, puedes influir en tu vida de manera positiva y construir un sentido de autoridad sobre tus circunstancias.

  • IDENTIFICA lo que puedes controlar: Haz una lista de las áreas de tu vida en las que tienes influencia directa y capacidad para tomar decisiones y acciones. Esto puede incluir tus actitudes, comportamientos y respuestas ante situaciones.
  • ACEPTA lo que no puedes controlar: Reconoce que hay circunstancias y eventos externos que están fuera de tu control. Aprende a aceptarlos en lugar de preocuparte por ellos, ya que preocuparse por lo incontrolable solo aumenta el estrés.
  • ENFOCA tu energía en soluciones: Cuando te enfrentes a desafíos o problemas, en lugar de quedarte atrapado en preocupaciones, enfoca tu atención en buscar soluciones concretas. Esto te permitirá sentirte más empoderado y activo.
  • Establece METAS claras: Define metas realistas y alcanzables en las áreas que puedes controlar. Esto te dará un sentido de propósito y dirección, y te ayudará a mantener tu enfoque en lo positivo.
  • Practica el AUTOCONTROL: Aprende a regular tus emociones y respuestas impulsivas. Esto te permitirá tomar decisiones más informadas y conscientes en lugar de reaccionar automáticamente.
  • Céntrate en el PRESENTE: Practica la atención plena (mindfulness) para mantenerte en el presente. Esto te ayudará a evitar rumiar sobre el pasado o preocuparte excesivamente por el futuro.
  • Busca apoyo y APRENDIZAJE: Si enfrentas un problema o situación que no sabes cómo abordar, busca ayuda. Puedes buscar consejo de personas de confianza o aprender nuevas habilidades para manejar la situación.
  • Celebra tus LOGROS: Reconoce y celebra tus éxitos y avances, por pequeños que sean. Esto refuerza tu sensación de control y te motiva a seguir tomando decisiones y acciones positivas.
  • Practica el AUTOCUIDADO: Dedica tiempo regularmente a cuidar de ti mismo. Esto incluye cuidar tu salud física y emocional, lo que fortalecerá tu capacidad para manejar lo que puedes controlar.

Cambia tu ACTITUD y cambiarás tu VIDA. Practicarlo solo te puede traer cosas buenas, así que, ¿te atreves?

Verifícalo y cuéntame qué observas.

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